Un varón de 50 años sufre un accidente de tráfico en una carretera comarcal tras dormirse al volante y se le diagnostica roncopatía y apneas del sueño; un empleado dedicado a la fabricación de piezas de vehículo es despedido por bajo rendimiento laboral y se le diagnostica síndrome de apneas: éstos son algunos de los casos que ha atendido el doctor Carlos Magriñá, otorrinolaringólogo, quien añade que en la actualidad estos pacientes se encuentran "perfectamente" tras haber sido tratados.

Para tener un sueño reparador es indispensable que la función nasal esté preservada, requisito que no se daba en ambos pacientes, lo que les indujo a obstrucciones a nivel palatino, de la parte posterior de la lengua y de la hipofaringe. El tratamiento a realizar debía plantearse desatascar la zona palatina, el paladar blando, la úvula y la zona de la hipofaringe. En uno de los pacientes fue suficiente con desbrozar las obstrucciones de la región nasal, mientras que en el otro se tuvo que llegar hasta la región palatina.

Según el doctor Magriñá, este tipo de casos se dan con más frecuencia de lo que se puede imaginar, soliendo pasar desapercibidos por falta de información y de interés, y por ser atribuidos a una depresión, entre otros factores.

Cualquier individuo que para conciliar el sueño tenga que hacer "ruido" o roncar con cierta continuidad durante 3 o 6 meses, debería acudir a la consulta de un otorrinolaringólogo, afirma el facultativo. De lo contrario, a medida que pase el tiempo y tras un periodo que oscila entre los 3 y los 5 años, si no se ha hecho nada para remediarlo el cuerpo se adaptará a esas alteraciones cardiovasculares y a los cambios en el régimen de oxigenación, y la somnolencia se manifestará a lo largo del día tratando de recuperar el sueño perdido durante la noche. Magriñá se muestra contundente al afirmar categóricamente que la roncopatía y las apneas implican "sobreesfuerzos muy graves" que deterioran la salud.