Se puede dejar de roncar sin dolor, sin ingreso hospitalario y con una recuperación inmediata en más del 90 por ciento de los casos, confirma el doctor Carlos Magriñá, otorrinolaringólogo y director de la unidad de roncopatía y apneas que lleva su nombre. Hoy en día, agrega, quien ronca es porque quiere.
El tabaco, el sedentarismo y el sobrepeso favorecen la aparición de roncopatías y apneas. Con el abandono de estos hábitos se conseguirá un aumento del tono muscular, una mayor ventilación y un incremento de la oxigenación por disminución de la grasa cervical, con lo que se dejará de roncar.
En la actualidad, muchos pacientes con crisis de roncopatía se tratan con un CPAP, o máscara que, adaptada a nivel nasal, insufla aire. Estos dispositivos a veces no son bien tolerados por razones "claustrofóbicas", apunta el doctor Magriñá, quien se decanta por la cirugía en individuos con un buen diagnóstico e historial clínico.
Aunque roncar es típico del sexo masculino y de hecho es algo que está socialmente aceptado, las mujeres también pueden emitir ronquidos. El sexo femenino está hormonalmente protegido de la roncopatía, pero eso puede cambiar con la llegada de un embarazo debido al aumento de la segregación de una hormona, la progesterona, que lleva aparejado un incremento de la congestión nasal. Los ronquidos pueden manifestarse en el segundo y tercer trimestre de embarazo.
De igual modo, con la menopausia la protección homornal de las mujeres cede y el riesgo de roncopatía se equipara al de los hombres.